Los delitos contra el medio ambiente y contra la fauna y la flora silvestres se han convertido en uno de los sectores delictivos mayores y más rentables del mundo, que está en aumento y está llevando a muchas especies al borde de la extinción, según ha advertido INTERPOL en la reciente Cumbre de la organización United for Wildlife.
Uno de los principales ámbitos de actividad de los grupos delictivos organizados son ahora la caza furtiva y el comercio ilícito de especies silvestres, que están cada vez más relacionados con la violencia armada, la corrupción y otras formas de delincuencia organizada, ya que el mercado negro de productos ilegales derivados de la fauna y la flora silvestres mueve hasta 20.000 millones de dólares estadounidenses al año.
Estos dos delitos no solo están dañando el medio ambiente y acabando con especies en peligro, sino que además están costando la vida a agentes encargados de hacer cumplir la ley: hasta un centenar de guardas forestales mueren cada año a manos de cazadores furtivos protegiendo la vida silvestre en sus hábitats naturales.
Este es el contexto del acuerdo alcanzado en la Cumbre de United for Wildlife entre The Royal Foundation e INTERPOL, por el que se fijan las futuras labores conjuntas para proteger las especies amenazadas frente y evitar su tráfico ilícito.
La explotación de la fauna y la flora silvestres en todo el mundo por parte de los grupos delictivos organizados transnacionales afecta a los grupos vulnerables, y pone en peligro la salud pública y los recursos naturales del planeta.
El director ejecutivo de Servicios Policiales de INTERPOL, Stephen Kavanagh, afirmó que «en la decena de años que INTERPOL lleva trabajando en este terreno, los delitos contra la fauna y la flora silvestres se han convertido en una de las mayores actividades delictivas del mundo. Hemos constatado que estos delitos se basan en la violencia armada y la corrupción, y que se entrelazan con la delincuencia financiera, desde el blanqueo de capitales hasta la financiación de otras formas de delincuencia organizada transnacional”.
INTERPOL ayuda a sus 195 países miembros a concienciar sobre las consecuencias de la infracción de las normativas nacionales e internacionales. Asimismo, les ayuda a mejorar sus capacidades de investigación y análisis, lo que posibilita la realización de actividades policiales contundentes como las distintas ediciones de la operación Thunder.
Desde 2017 INTERPOL ha movilizado a las autoridades encargadas de la aplicación de la ley de más de un centenar de países miembros para llevar a cabo actuaciones coordinadas en el marco de la operación Thunder, dirigidas contra el tráfico ilícito de especies silvestres, que han dado lugar a miles de decomisos y detenciones en todo el mundo.