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jueves, febrero 6, 2025

Guerra Civil española: 85 años de un conflicto fraticida

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El 1 de abril se celebra el final de la Guerra Civil, una época que marcó la historia española y que es importante conocer; no en vano, todavía hay mucha pena, mucha tristeza, mucho rencor y muchas cosas que todavía se desconocen, sobre todo en cuestión de los muertos durante este conflicto armado y que ahora se está trabajando en esas fosas comunes para intentar identificar cuanto antes a los que allí se enterraron, para así poder darles un entierro justo y que su nombre no caiga en el olvido.

La Guerra Civil española es uno de los episodios más trágicos de la historia de España. Este conflicto bélico, que tuvo lugar entre 1936 y 1939, enfrentó a dos bandos con ideologías políticas y sociales opuestas: el bando republicano y el bando nacionalista. Han pasado 85 años, y en la memoria de nuestros mayores todavía está presente.

El detonante de la Guerra Civil Española se encuentra en una serie de tensiones políticas, sociales y económicas que se habían acumulado durante décadas. La Segunda República Española, proclamada en 1931, intentó llevar a cabo una serie de reformas para modernizar y democratizar el país.

Sin embargo, estas reformas encontraron una fuerte resistencia por parte de sectores conservadores, religiosos y militares. Se dice también que la polarización social, la crisis económica y el ascenso del fascismo en Europa fueron algunas de las causas de este conflicto armado que dividió al país en dos.

El 17 de julio de 1936, un levantamiento militar liderado por el general Francisco Franco dio inicio al conflicto armado. Este levantamiento fue apoyado por una coalición de grupos conservadores, monárquicos, falangistas y sectores de la Iglesia Católica, que buscaban restaurar el orden tradicional y eliminar las reformas republicanas.

Por otro lado, el bando republicano estaba compuesto por una coalición de partidos políticos de izquierda, sindicatos obreros, socialistas, comunistas, anarquistas y autonomistas regionales. Este bando defendía la legitimidad del gobierno republicano y se oponía al golpe militar.

La Guerra Civil Española estuvo marcada por una serie de batallas y conflictos que tuvieron un impacto significativo en el desarrollo del conflicto y en el resultado final. Una de las batallas más destacadas fue la Batalla de Madrid, que tuvo lugar entre noviembre de 1936 y marzo de 1937. Esta batalla fue un intento por parte de las fuerzas nacionales de capturar la capital española, pero fue finalmente frustrado por la resistencia republicana.

Otro conflicto importante fue la Batalla del Ebro, que tuvo lugar entre julio y noviembre de 1938. Esta batalla fue la última gran ofensiva republicana y tuvo como objetivo romper las líneas nacionales en el valle del río Ebro. Aunque inicialmente lograron avances significativos, las fuerzas republicanas fueron finalmente derrotadas por el ejército nacionalista.

La Guerra Civil Española tuvo profundas repercusiones sociales, políticas y económicas en la sociedad española. El conflicto dividió a familias y comunidades, generando un profundo resentimiento que perduró durante décadas. Además, la guerra dejó un saldo de cientos de miles de muertos y heridos, así como un gran número de desplazados y refugiados.

De hecho, el autor Dámaso Alonso, en su obra Hijos de la ira, comenzaba así su poema “Insomnio”: “Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas)” que reflejaba la trágica situación que se vivía durante y también después de la Guerra.

La victoria de las fuerzas nacionalistas en 1939 estableció un régimen autoritario liderado por Francisco Franco, que se mantuvo en el poder hasta su muerte en 1975. Durante este periodo, España experimentó, aunque atenuado con el paso de los años, un régimen de represión política y censura, así como un aislamiento internacional debido a su apoyo a las potencias del Eje durante la Segunda Guerra Mundial.

Aunque en verdad, el aislamiento duró hasta que en 1959 el presidente de los Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, visitó España. Puede afirmarse que con la entrada de la década de los sesenta, el régimen afrontó un aperturismo en distintos ámbitos que bien podría explicar que el dictador acabara sus días siendo el máximo dirigente del país, sin una oposición social lo suficientemente significativa.

Con todo, pero sobre todo en los primeros años tras la guerra, nadie niega que los distintos niveles de represión causaron, no solo injusticias sociales, sino también el freno de la economía, la censura institucional que afectó a todas las artes y que supuso también el exilio de buena parte del colectivo cultural, entre los que se encontraban autores de la talla de Rafael Alberti, entre otros. Si bien es verdad que otros tantos, como Camilo José Cela, o el propio Dalí convivieron en España sin mayores problemas.

El legado de la Guerra Civil Española sigue siendo objeto de debate y controversia en la sociedad española actual. La memoria histórica se ha convertido en un tema central en el debate público, con llamados a la revisión de la historia oficial y al reconocimiento de las víctimas de ambos bandos.

En los últimos años, se han llevado a cabo iniciativas para recuperar la memoria de las víctimas del conflicto y para promover la reconciliación nacional. Sin embargo, el tema sigue siendo objeto de división y polarización en la sociedad española, reflejando las profundas heridas que dejó la guerra civil. En este sentido, muchas comunidades autónomas están haciendo un gran esfuerzo para investigar esas fosas comunes en las que se enterraron a personas que fueron fusiladas por cualquier motivo, para así darles una identidad, responder las preguntas que tienen los familiares de dónde están sus seres queridos y poder despedirse de ellos de una manera más digna.

La Guerra Civil sigue siendo un tema complejo y doloroso para la sociedad española. Es importante abordar este legado con sensibilidad y rigor histórico, para que las nuevas generaciones puedan comprender el pasado y construir un futuro basado en la paz, la convivencia y la democracia. Solo conociendo el pasado se puede evitar que vuelva a pasar. Conocer es saber.

Por Ana Lacasa y Luis Miguel Belda, periodistas

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